Hablemos de la Creatina (parte 1)
¿Sabías que? La creatina es uno de los suplementos alimenticios más utilizados, ya que se ha demostrado ser beneficiosa para mejorar el rendimiento durante series repetidas de actividad anaeróbica de alta intensidad (Azizi, 2011). La mayoría de la creatina en el cuerpo humano se encuentra en dos formas, forma fosforilada, que llega a alcanzar 60% de las reservas, o en forma libre, que constituye el 40%. Se produce endógenamente en una cantidad de aproximadamente 1 g/d. Su síntesis ocurre predominantemente en el hígado, los riñones, y en menor medida en el páncreas, mientras que el resto de la creatina disponible para el cuerpo se obtiene a través de la dieta. El 95% de los mecanismos encargados de fabricar los cuerpos de creatina se encuentran en el músculo esquelético y el 5% restante se distribuye en el cerebro, el hígado, el riñón y los testículos.
Varía entre los individuos, dependiendo del tipo de fibra de músculo esquelético y la cantidad de la masa muscular y se puede eliminar de la sangre por saturación en diversos órganos y células o por filtración renal. Su absorción está regulada por diversos mecanismos, como la fosforilación y glucosilación, los cuales controlan los niveles extracelulares e intracelulares de la creatina (Cooper, et al, 2012; Azizi, 2011).
La baja disponibilidad de su forma fosforilada (fosfocreatina) ha sido considerada como una de las principales limitaciones para el rendimiento muscular en ejercicios de corta duración y alta intensidad, ya que su agotamiento resulta en la incapacidad para sintetizar ATP en las cantidades necesarias. La fosfocreatina (PCr) es una importante fuente de reposición de ATP en tejidos con una fluctuante y rápida demanda de energía. Este suministro está mediado por la reacción de la creatina quinasa (CK), en la que la creatina (Cr) y ADP son reversiblemente fosforilados a la PCR y ATP, respectivamente. El sistema de PCR-CK, que funciona como un tampón espacial y temporal de los niveles de ATP, requiere un alto nivel de Cr total celular. Las altas concentraciones intracelulares de Cr se consiguen mediante una combinación de la producción endógena y la ingesta exógena a través de la dieta, seguida de la captación celular de Cr por los vasos sanguíneos. Numerosos estudios científicos anteriores muestran que niveles endógenos normales de PCr serían suficientes para mantener la producción de ATP durante los primeros 5 a 10 segundos de alta intensidad de ejercicio explosivo. El suministro de PCr es limitado, y su agotamiento es considerado como un importante contribuyente a la fatiga 17 durante dicha actividad, por lo tanto, la suplementación con creatina exógena se puede utilizar para aumentar las reservas intramusculares de Cr y PCr. Un aumento en la concentración total de creatina en el músculo puede aliviar el agotamiento de las reservas de PCr durante el ejercicio intenso, también limitando la reducción en la tasa de resíntesis de ATP a través de un aumento en la tasa de fosforilación de ADP. En consecuencia, este aumento puede estar directamente relacionado con un mejor rendimiento en corta duración y alta intensidad de ejercicio (Mendes, et al, 2004; Azizi, 2011; Nabuurs, et al, 2013).